domingo, 25 de octubre de 2009

Nueva Dinastía, Vieja Dinastía

La diferencia era por la mínima, parte baja del octavo en Yankee Stadium, la serie estaba 3-2 a favor de los mulos del Bronx, sin outs y corredor en la inicial. Girardi manda a tocar la bola, y como si fuera una caricatura Los Angelinos cometen un error para que se coloquen hombres en las dos primeras almohadillas; de manera osada Girardi vuelve a mandar a tocar la bola y para que la caricatura se convierta en película de terror, un tiro asqueroso a la primera base –o mejor dicho, 4 metros por encima de la primera base— hace que Nueva York asegurase el campeonato del nuevo circuito. Este tipo de errores no hicieron de los Yankees un equipo con fortuna que está en la serie mundial, pero hizo de los angelinos se hundieran como si fueran un equipo amateur frente a los eternos de las rayas azul marina.

Y llegamos al clásico de otoño, con los campeones actuales defendiendo la perdiz y el equipo más galardonado de todos los tiempos en el beisbol poniendo la sazón. Los Phillies llegan con un cuerpo de lanzadores que dominaron a todos sus contrincantes y una batería que da miedo liderados por un enchufado Howard, que los abala para tomar y llevarse el campeonato una vez más a Filadelfia; los Yankees traen el corazón y la historia, nombres clásicos como Posada, Rivera y Jetter que darán el todo por el todo por colocar, una vez más, el nombre de los Yankees por lo más alto.

Muchos argumentan ya que los Yankees no es Tampa Bay y que los de Filadelfia la tendrán mucho más complicada que el año pasado, argumento irrefutable; pero no suficiente para quitarle el cartel de favoritismo que se han guindado los de la ciudad de la campana rajada. Filadelfia pide permiso para instaurar una dinastía y no le faltan piezas para logralo: Jimmy Rollins, Shane Victorino y Chase Utley seguirán embasándose temprano para hacer que Howard se acerque al plato con gente en base, y Ruíz será la amenaza ofensiva en la parte de atrás de la batería. Los lanzadores lo tendrán difícil, pero tienen bullpen para manejar incluso a los Yankees; Chad Durbin, Ryan Madson y Scott Eyre son más importantes que los grandes nombres, a ellos les intentarán pegar duro los mulos.

Pero Nueva york es Nueva york, es la historia, es el honor, es la victoria eterna, y también es un batería que todos son peligrosos (incluyendo a Mr. Octubre “Rodríguez” 2009) y son abridores dominantes como C.C Sabathia y Andy Pettitte; Nueva York es uno –por no decir el mejor— de los mejores cerradores de la historia. Los Yankees solo pueden acusar su falta de profundidad e el relevo medio, Chamberlain no parece contar con el cariño de Girardi.

El miércoles habrá Play ball del esperado clásico de otoño, para más morbo Sabathia y Lee se verán las caras colocando sus Cy Young (Qué dirán en Cleveland) como credenciales para abrir la Serie Mundial: muy difícil escoger un claro favorito, abrá batalla cerrada.