Boca Junior, el equipo Argentino de mayor popularidad, enfrenta una de las peores crisis de su historia. El club fue eliminado en la copa libertadores –en la Bombonera— a manos de Defensor Sporting de Uruguay y vive sus días en el clausura muy relegado de la punta, el equipo juega mal y no se han visto cambios importantes en el club. En tiempos donde aún queda en la retina los exitosos años de Carlos Bianchi y la buena secuela de Alfio ‘El Coco’ Basile, donde Boca arrasaba en cualquier competición y caían copas con regularidad, la afición pide que se vuelva al juego ofensivo y completo que se vivió durante las previas eras. Pero la situación actual del equipo, y el club en general, es mucho más profunda que una serie de malos resultados o la presencia de una plantilla en reconstrucción que guarda las bases de los años de éxito; incluso es difícil negar que la mala racha y el juego pobre que ha mostrado el equipo Xeneize tenga relación directa con los problemas institucionales por los que atraviesa el club. Carlos Ischia (ahora ex entrenador) ha sido el primero en dejar Boca, todavía se debate si por cuenta propia o por presiones de los despachos –la segunda posibilidad es la más probable— aunque los problemas vienen de tiempo atrás.
Luego de la salida de Mauricio Macri de la presidencia en Junio de 2008, Pedro Pompilio, con el que Macri había tenido diferencias políticas importantes (que incluso afectaron al club), se hizo con las riendas de la institución, pero la muerte repentina de Pompilio colocó al vicepresidente Amor Ameal, y a su inexperiencia, bajo la conducción de uno de los clubes más reconocidos del mundo; los malos resultados no se hicieron esperar. De esta manera, Carlos Bianchi fue nombrado Director Deportivo en busca de ofrecer una imagen de éxito de antaño, pero ‘El Virrey’ enfrentaba su primera experiencia en los despachos aunque en un cargo con incidencia directa en el área deportiva, pero Bianchi no ha tenido el éxito e influencia esperados. Se sucedieron el torneo apertura, el torneo clausura y la copa libertadores: ningún campeonato.
El Barrio de la Boca espera aún el renacimiento de su club amado, pero la resurrección auriazul pasa por solucionar sus problemas institucionales para luego dar un empujón a una plantilla plagada de jugadores capaces de ganar en cualquier rincón del planeta: Riquelme, Palermo, Bataglia, Abbondanzieri, Ibarra, Morel y Cáceres han demostrado su calidad, esta nueva directiva todavía tiene que demostrar la suya.
(Esta entrega fue publicada en el LAtin Opinion de la ciudad de Baltimore el 19 de Junio de 2009, Boca se fue de vacaciones ese verano con el problema instituional sin resolver)
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