domingo, 20 de septiembre de 2009

Los Resucitados

Hace una semana, dentro del marco de la renovada Europa Legue (antigua Copa de la UEFA), revivimos a los jueces de gol, reliquias de antaño que cuidaban y vigilaban las porterías antes de los años treinta cuando muchas arquerías estaban hechas sin redes y el larguero estaba constituido por una simple cuerda horizontal amarrada a dos postes. Para ese entonces, era necesario tener árbitros sentados junto a la orilla del terreno de juego adyacente a los arcos para verificar si el balón entraba o no. Los popularmente conocidos jueces de gol, árbitros asistentes adicionales como los llama la FIFA, desaparecieron con la inclusión de mallas que atraparan al balón y de un mejor diseño de las porterías.

La UEFA los ha resucitado de los libros de historia y estantes polvorientos del futbol para que cada partido de la Europa League tenga dos árbitros pegados en el área. No llevarán banderín y se comunicarán con el resto de los jueces del encuentro con un micrófono. Su puesto estará junto a la portería, en el lado contrario al juez de línea y tendrán potestad para entrar al césped: cuando lo hagan, siempre se situarán por detrás del portero. Se empiezan a ver las complicaciones.

En principio los jueces de gol se resucitan para que resuelvan, entre otras cosas, el problema de los goles fantasma (cuando el balón pega tan cerca de la línea y vuelve a salir); inconveniente que se podría solventar con tecnología de cámaras y microchips instalados en los balones, pero los puritanos del balompié, a los que tenemos que incluir a Michelle Platini, actual presidente de la UEFA, no creen que las ciencias aplicadas puedan ayudar “en tan delicado proceso”. El problema empieza con el hecho de que los nuevos jueces de gol tienen más responsabilidades, incluyendo tomar decisiones con relación a faltas en el área y ayudar a decidir al juez principal si sus decisiones son correctas, es decir, no hay líneas claras donde se pueda evaluar con fundamento donde empieza la responsabilidad de uno y hasta donde llega la del otro: qué pasa cuando uno de los dos ve un penal y el otro no, o cuando ninguno ve un balón que entró en la portería y salió dejando serias dudas? El factor humano sigue estando en lo que debería ser la justicia absoluta en el fútbol, si el balón entró es gol, sino, sigan jugando.

Habrá que evaluar su aportación, y como todo nuevo proyecto hay que darle tiempo, pero desde aquí se empieza a predecir: dentro de unos años estaremos hablando de microchips.
(publicado el 20 de Septiembre de 2009 en el Latin Opinion de Baltimore)

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